Casi sin quererlo (y sin reglamentación explícita), el contexto de las definiciones por penales está sometido a una coreografía conocida por todos: los dos equipos titulares formados en la línea del mediocampo mirando hacia el arco y los arqueros (el que no está atajando) en cuclillas, al costado. El final de la serie es casi siempre el mismo: el equipo ganador corre al encuentro del arquero o el ejecutor decisivo, al mismo tiempo que los suplentes (formados de la misma manera que los titulares, frente al banco). Lentamente, algunos perdedores caen al piso y otros buscan al jugador que falló.
Al pie de la letra se cumplió en Formosa ese ritual, en noviembre de 2017 cuando Atlético le ganó a Central de ese modo (la serie acabó 3-1) y clasificó así a la final de la Copa Argentina de ese año y a la Copa Libertadores de 2018.
Aquella había sido la última definición por penales en la que Atlético había resultado ganador... Hasta el miércoles por la noche. Antes y durante el partido de ese día ante Boca Unidos, nadie en Atlético quería pasar por la “coreografía penal”. No sólo por el simple motivo del sufrimiento y de que ganar en los 90, resulta siempre menos trabajoso. La razón principal, al menos antes, era que en frente estaba un equipo dos categorías inferior. Durante el duelo, el motivo era que se había puesto dos goles adelante de ese equipo.
Finalmente, los correntinos empataron y Atlético tuvo que pasar por todo eso nuevamente. “Ganamos por penales, eso vale también y seguimos en la Copa”, explicó Alejandro Sánchez, el pequeño talismán de Atlético en estas instancias. Había estado en Formosa (atajó dos penales) y en Salta contuvo el definitivo y estuvo cerca en varios otros.
La alegría no era la de ese día en Formosa, pese a que el ritual se repitió (aunque con un poco menos de intensidad). Claro, el rival y el desarrollo del partido, habían influido. “Esto es fútbol, nada está dicho antes. Terminó siendo un partido recontra difícil”, admitió el “Oso”, que ocupa por ahora el lugar de Cristian Lucchetti, lesionado en su cadera.
La presencia del “Laucha” cerca del cuerpo técnico, dando indicaciones y anticipando el lugar de los remates rivales, no es parte del ritual universal, pero sí viene siéndolo para Atlético. Así sucedió en Formosa, cuando el arquero debió salir (minutos después de contener un penal durante los 90 minutos reglamentarios) por su lesión en el hombro y fue reemplazado por Sánchez. Allí, le pidió a Luis Rodríguez que pateara sí o sí en la serie de 5, ante una supuesta duda manifestada por el simoqueño.
Ayer, adivinó el yerro de José Vizcarra de Boca Unidos y hasta cómo iba a suceder. Obviamente se lo hizo saber a Ricardo Zielinski, segundos después. “Te lo dije”, repetía una y otra vez.
Por supuesto que el propio Lucchetti tiene sus intervenciones abajo de los tres palos y no aconsejando. Algo natural sabiendo que si hay algo en lo que se ha especializado el equipo en los últimos 15 años es en las series de penales. El arquero, por su parte, está desde 2012 en el club.
Atlético y su gente en un duelo emocional contra "Pulguita" y ColónAtlético perdió sólo dos series desde 2005. Ese año, cayó ante Luján de Cuyo (2-4) en el Argentino A y el año pasado, ante Newell’s (3-5) en la Copa Argentina. En el medio le ganó a Racing de Córdoba para salir del Federal A (2008), a Sportivo Italiano (2012) y a Atlético de Rafaela (2012). Lucchetti dejó su sello ante Gimnasia de Jujuy (2013) (tres penales atajados y uno convertido) y ante All Boys (2017) (dos penales atajados y uno convertido).
Con más o menos dramatismo, Atlético transita las series de penales desde hace un tiempo, con la tranquilidad de saber que tiene muchas chances de ganarlas.